La historia del Rafting Moderno comenzó cuando la actividad se convirtió apta para todo el mundo y como un pasatiempo para el tiempo libre.
Finalizada la 2ª Guerra Mundial los botes inflables con forma de canasta que habían sido diseñados para realizar ataques sorpresa en el océano se comenzaron a utilizar en los ríos rápidos para recrearse en el tiempo libre.
La popularidad del Rafting llegó en la década de 1950 y los antiguos botes con forma de canasta procedentes de la Guerra ya no eran aptos para la práctica del nuevo deporte. Comenzaron a diseñarse nuevos botes con formas rectangulares y nuevos materiales que los hacían más resistentes y seguros.
Con el auge surgieron las primeras competencias internacionales que dominaron en un comienzo los participantes europeos.